Quedan amaneceres color melocotón
Hay flores de carmín en algunos lechos,
Olor a lavanda en algunas alcobas,
Pensamientos tallados en luz en algunas cabezas
Y caricias amables sobre algunas pieles que retozan.
Hay labios con sabor a aventura,
Labios con sabor a cariño,
Retrogusto afectuoso con trazas de ternura
Y besos que sonríen con el gesto de cupido.
Hay paz,
Hay rincones del alma
Sin mácula
Sin ponzoña ni heridas ni espinas clavadas,
Rincones que nadie ha logrado encontrar.
A veces incluso hay momentos de tanta vitalidad,
Tanta pausada alegría
Que casi creemos en la felicidad.
Hay palabras sencillas,
Sin tapujos ni engaños,
Promesas de amantes
Que luchan por ser cumplidas.
Hay árboles verdes,
Hojas amarillas en los suelos otoñales,
Plantas que crecen
Y flores primaverales.
Hay ríos y hay lagos
Y hay mares con peces,
Hay días soleados y noches con lunas sonrientes.
Hoy no voy de camino a ninguno.
Hoy voy sobre raíles de acero
Con lágrimas secas poblando los ojos,
Lágrimas inundando el corazón
Camino a un hombre dado por muerto
Del que quedan sólo los despojos.
Y allí quedan sólo sábanas blancas,
Las camas postreras,
Las vacías, inútiles, yertas palabras
Y los alientos que se van y no esperan.
Una despedida a quienes ya se habían ido,
Cuerpos sin alma con el pensamiento perdido
Y un saludo al barquero
Que vuelve tras llevarse las almas
Vuelve a recoger los malogrados cuerpos que consideramos muertos.
(10/10/11)
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